EL EXPRESIONISMO
El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en
Alemania a principios del siglo XX, que se plasmó en un gran número de campos:
artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su
primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el
tiempo con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos
movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias
históricas”. Más que un estilo con características propias comunes fue un
movimiento heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que
aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y
nivel intelectual. Surgido como reacción al impresionismo, frente al naturalismo
y el carácter positivista de este movimiento de finales del siglo XIX los
expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la
visión interior del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la
realidad —la «impresión»—.
El expresionismo suele ser entendido como la deformación de
la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano,
dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción
objetiva de la realidad. Entendido de esta forma, el expresionismo es
extrapolable a cualquier época y espacio geográfico. Así, a menudo se ha
calificado de expresionista la obra de diversos autores como Matthias
Grünewald, Pieter Brueghel el Viejo, El Greco o Francisco de Goya. Algunos
historiadores, para distinguirlo, escriben “expresionismo” –en minúsculas– como
término genérico y “Expresionismo” –en mayúsculas– para el movimiento alemán.
Con sus colores violentos y su temática de soledad y de
miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió a los círculos
artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, así como de la Primera
Guerra Mundial (1914-1918) y del Periodo entre guerras (1918-1939). Esa
amargura provocó un deseo vehemente de cambiar la vida, de buscar nuevas
dimensiones a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos. El
expresionismo defendía la libertad individual, la primacía de la expresión
subjetiva, el Irracionalismo, el apasionamiento y los temas prohibidos –lo
morboso, demoníaco, sexual, fantástico o pervertido–. Intentó reflejar una
visión subjetiva, una deformación emocional de la realidad, a través del
carácter expresivo de los medios plásticos, que cobraron una significación
metafísica, abriendo los sentidos al mundo interior. Entendido como una genuina
expresión del alma alemana, su carácter existencialista, su anhelo metafísico y
la visión trágica del ser humano en el mundo le hicieron reflejo de una
concepción existencial liberada al mundo del espíritu y a la preocupación por
la vida y la muerte, concepción que se suele calificar de "nordica"
por asociarse al temperamento que tópicamente se identifica con el estereotipo
de los países del norte de europa. Fiel reflejo de las circunstancias
históricas en que se desarrolló, el expresionismo reveló el lado pesimista de
la vida, la angustia existencial del individuo, que en la sociedad moderna,
industrializada, se ve alienado, aislado. Así, mediante la distorsión de la
realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su lado más emotivo e
interior.
El expresionismo no fue un movimiento homogéneo, sino de
gran diversidad estilística: hay un expresionismo modernista (Munch), fauvista
(Rouault), cubista y futurista (Die Brucke), surrealista (Klee),
abstracto(Kandinski), etc. Aunque su mayor centro de difusión se dio en
Alemania, también se percibe en otros artistas europeos (Modigliani, Chagall,
Soutine, Permeke) y americanos (Orozco, Rivera, Siqueiros, Portinari). En
Alemania se organizó principalmente en torno a dos grupos: Die Brucke (fundado
en 1905), y Der Blaue Reiter (fundado en 1911), aunque hubo algunos artistas no
adscritos a ningún grupo. Después de la Primera Guerra Mundial apareció la
llamada Nueva Objetividad, que si bien surgió como rechazo al individualismo
expresionista defendiendo un carácter más social del arte, su distorsión formal
y su colorido intenso les hacen herederos directos de la primera generación
expresionista.
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